Vladimir Romanov, el Gil báltico

A muchos de vosotros tal vez os suene el apellido Romanov de la última dinastía de zares rusos que sucumbió a la Revolución de Febrero de 1917. Sin embargo, en este caso intentaré aproximaros un poco a la figura de uno de los dueños de clubes deportivos más estravagantes del fútbol europeo. Este es el caso de Vladimir Romanov, ruso de nacimiento pero con nacionalidad lituana que gobierna con mano de hierro el Hearts desde el año 2005. Por aquel entonces, el equipo de Gorgie atravesaba una pésima situación económica que estaba a punto de convertirle en el tercer equipo de la joven SPL en entrar en administración financiera después de que lo hicieran Dundee FC y Livingston. A punto de tener que vender Tynecastle para esquivar la quiebra apareció Romanov, empresario de éxito hecho a sí mismo que forjó su fortuna anticipándose a la caída de la Unión Soviética fundando el Ükio Bankas, el primer banco privado de una Lituania en ciernes. Tras fracasar en el intento de hacerse con otros clubes escoceses, Romanov entró en el accionariado del Hearts en Febrero de 2005, siendo bien recibido por los aficionados de los Jam Tarts, que lo veían como un Abramovich en potencia. El tiempo acabaría quitándoles la razón.

Con la llegada de varios jugadores procedentes de su "club nodriza", el FBK Kaunas, y algún que otro nombre como el del campeón de la Eurocopa, Takis Fyssas, el equipo entrenado por George Burley comenzó la temporada de forma sensacional, ganando de forma consecutiva los ocho primeros partidos. Mientras, Romanov seguía comprando acciones y aumentando su poner en Gorgie. La afición soñaba con romper la hegemonía del Old Firm y consolidarse en la zona alta de la SPL. Sin embargo, cuando todo iba de cara y en una sorprendente decisión, Romanov destituía a Burley y ponía en su lugar a Graham Rix. Los resultados cayeron estrepitosamente y se rumoreaba que Romanov empezaba a inmiscuirse demasiado en la parcela deportiva. Los jugadores empezaban a mosquearse y los pesos pesados del vestuario, uno a uno, salían del club. Andy Webster, Steven Pressley, Paul Hartley y Craig Gordon abandonaron el club en las tres siguientes campañas. Esta ha sido la tónica de la presencia de Romanov al frente del Hearts.

Enpeñado en decir que el Hearts debería ganar cada una de las sucesivas SPL que se han disputado desde su llegada, los fichajes de relumbrón que todo el mundo esperaba para conseguir dicho objetivo han brillado por su ausencia (el fichaje más caro de su mandato ha sido el del extremo bosnio Mirsad Beslija, por el que pagó 850.000 libras al Genk). En este tiempo, han salido del club algunos nombres que, de continuar, podrían haber dado a los Jambos algo más que una Cup y un subcampeonato. Además, Romanov no ha dejado de criticar a los árbitros, a la competición, a jugadores y entrenadores de su equipo, a los que no ha dejado realizar su trabajo con normalidad. Para muestra, las declaraciones del actual entrenador del Hearts, Paulo Sergio, en la rueda de prensa previa al partido de Europa League contra el Tottenham: "El presidente acudió al entrenamiento para desearnos suerte y para indicarme los jugadores que deberían jugar mañana". Mientras tanto, en Tynecastle esperan a su Abramovich.