lunes, 25 de octubre de 2010

Breves reflexiones sobre el Old Firm

Después del primero de los cuatro grandes partidos de la temporada en Escocia, hay una serie de aspectos que me gustaría comentar y que pueden hacer comprender mejor el por qué de la victoria del Rangers en Celtic Park por 1-3.
 
En primer lugar, y aunque suene un poco partidista por ser dicho a posteriori, me sigue pareciendo increíble que el derby más antiguo del mundo del fútbol no se emita en directo en España, conociendo la gran cantidad de canales de ámbito deportivo en el panorama televisivo español. Sé que la liga escocesa es una liga poco seguida en España y que la audiencia que darían la mayoría de los partidos de la SPL sería muy inferior a la de otras ligas más mediáticas, como la Premier League, pero no me cabe ninguna duda que un partido de esta importancia y nivel podría dar un share muy similar a los buenos partidos de la liga inglesa. Por eso,  resulta sonrojante que los aficionados al fútbol que quisieran ver este histórico choque tuvieran que hacerlo a través de sus ordenadores. 
 
En segundo lugar, ayer la diferencia que decantó el resultado del partido hacia el bando protestante no fue ni Kenny Miller ni tan siquiera el árbitro (a pesar de su grave error en el penalty de Mastjorovic). La gran diferencia estuvo en la terrible actuación de la defensa del Celtic, acostumbrada a no sufrir en exceso contra equipos de la liga que apenas le inquietan, pero que ha demostrado que no tiene el nivel necesario para afrontar partidos de entidad como el derby de Glasgow o la previa de la Champions League. Sigo pensando que los Bhoys tienen la mejor plantilla de la competición, pero su bajo nivel defensivo puede costarle perder el título de liga, algo que se asemeja imprescindible tras caer eliminado prematuramente de las competiciones europeas. A pesar de los refuerzos de este verano en esa posición, es posible que en las oficinas de London Road empiecen a plantearse acudir al mercado invernal en busca de mejorar sus resultados defensivos.

Por último, me gustaría resaltar la ausencia de incidentes extradeportivos entre aficiones de ambos equipos, algo que siempre es de agradecer en este tipo de encuentros. En el terreno de juego, la dureza y los encontronazos habituales entre jugadores de ambos equipos. Solo destacar el feo gesto de Samaras, dando un suave rodillazo en la cabeza de McGregor, que no vio el árbitro y por el que finalmente no será sancionado.




No hay comentarios:

Publicar un comentario